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Las vacaciones en Pittsburgh llevan al viajero al punto donde los ríos Allegheny y Monogahela se unen formando el río Ohio. En ese punto exacto está el centro de la ciudad, un espacio históricamente estratégico y actualmente emblemático. Las mezclas culturales de los pueblos que han pasado por el área son patentes en Pittsburgh. El resultado es una heterogeneidad de personas y culturas que ha devenido en una sociedad abierta y receptiva.
El acceso habitual a la ciudad es a través del aeropuerto internacional de Pittsburgh, situado a unos 30 kilómetros del centro o downtown. El aeropuerto cuenta con servicio de taxis, autobuses urbanos y autobuses shuttle a numerosos hoteles. El clima continental húmedo de la zona hace que las primaveras y otoños sean realmente suaves. Los inviernos son fríos y suele nevar. El horario es de -5 horas respecto a Greenwich.
En Pittsburgh hay que partir de su corazón urbano para realizar un recorrido por la ciudad: el downtown. Un paseo por él revela un rico legado arquitectónico y un reconocible perfil urbano. La U.S. Steel Tower o el One Mellon Center son dos de los edificios más espectaculares del área. El céntrico parque Point State es el lugar indicado para hacer un picnic, un alto en el camino, pasear o montar en bicicleta por su amplia área de césped y carriles habilitados. También pueden contemplarse numerosas esculturas que jalonan su superficie.
Las vacaciones en Pittsburgh ofrecen al amante de los eventos deportivos de élite la oportunidad de presenciar diversos espectáculos. El equipo de fútbol americano de los Pittsburgh Steelers juega en el Heinz Field. Durante la época invernal se recomienda presenciar algún partido de los Pittsburgh Pirates, equipo de la liga NHL de hockey sobre hielo. Los amantes del arte contemporáneo no pueden perderse la colección vanguardista del Museo Andy Warhol.