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En la región canadiense de la Columbia Británica se encuentra Whistler, considerada por los expertos la mejor estación invernal de toda Norteamérica e incluso para algunos se trata de la mejor estación alpina del mundo. Por eso no es extraño que esquiadores de todo el planeta se acerquen hasta allí para pasar unas vacaciones en Whistler rodeados de la belleza salvaje de las Montañas Rocosas.
La puerta de entrada a la Columbia Británica es el aeropuerto internacional de Vancouver. Desde ahí, tras dos horas de carretera, se llega a Whistler, donde es recomendable situar el reloj en la franja horaria que rige en la región, es decir, ocho horas menos que en Europa Central. Evidentemente, al ser una estación de esquí las mejores fechas para unas vacaciones en Whistler son los meses invernales. No obstante, el lugar posee muchos atractivos en verano, cuando las temperaturas son más altas.
Durante unas vacaciones en Whistler quedan a disposición del visitante más de 200 pistas de esquí entre las que hay recorridos para los más expertos y para aquellos que son debutantes. Todo este dominio esquiable se sitúa entre las montañas de Whistler y Blackcomb, en el tramo canadiense de las Montañas Rocosas. Además de por la enorme cantidad de kilómetros esquiables, la estación es famosa por su larga temporada, ya que desde noviembre hasta casi mayo permanece abierta.
Pero también el verano es buena época para pasar unas vacaciones en Whistler ya que las pistas también abren en los meses más calurosos. Es entonces cuando acuden muchos senderistas y amantes de la bicicleta de montaña, que circulan por los itinerarios preparados para esos paisajes. Y especialmente llegan aquellos que practican el descenso en bicicleta, aprovechando los telesillas para ascender hasta los puntos más elevados y luego descender por las laderas de acusadas pendientes.