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Cherokee es una de las referencias para un turismo alternativo dentro de los Estados Unidos. La población de esta localidad es escasa: pasa por poco de los dos mil habitantes. No obstante debe su fama a ser la sede de una organización de la tribu Cherokee, indispensable para conocer una parte de la historia de Norteamérica. Los grandes edificios no tienen lugar aquí, más bien las casas artesanales y el entorno natural.
Cherokee está alejada de grandes centros urbanos. En el estado de Carolina del Norte, el núcleo se sitúa cerca de la frontera con Tennessee. El huso horario es el de la zona este: -5 hora de Greenwich y -4 en verano. Por ser una región montañosa, el clima puede ser a veces problemático. Por ello es mejor evitar los meses de invierno. La puerta de entrada por aire se realiza a través del aeropuerto de Charlotte Douglas, el cual da cobertura al estado.
En un culto a esa cultura indígena, el punto de mayor interés es el museo de los Indios Cherokee. Se sitúa en el boulevard principal y están presentes colecciones de objetos simbólicos para conocer la vida de la tribu. Se incluyen también explicaciones divulgativas en formato de vídeo. Es de interés también el Jardín Botánico, con especies procedentes de las montañas Great Smoky, entre las que se encuentran las coníferas. Existe otra perla al alcance con unas vacaciones en Cherokee: la visita a un museo viviente, conocido como Oconaluftee Indian Village. El poblado imaginario pretende recrear la vida de la tribu en el siglo XVIII, antes de la llegada de los europeos. Pueden existir en las vacaciones en Cherokee excursiones hacia el monte Guyot, una singular cumbre en la cordillera de los Apalaches. El Parque Nacional presenta otras joyas naturales como Oconaluftee, un valle en plenos Apalaches donde se respira una calma imposible.